miércoles, 25 de agosto de 2010

Entonces: la coma hace la diferencia

En matemáticas, abunda el uso de entonces con el valor de por lo tanto. Se emplea para indicar una relación causal entre una razón y otra. Muy a menudo esto se ver reforzado por su uso dentro de una construcción abierta por una oración condicional: “Si tal condición se cumple, entonces…”. Cuando vemos la oración de esta manera, no produce mayores inquietudes ortográficas. Sin embargo, la duda sobreviene cuando el adverbio entonces encabeza una línea u oración y, más todavía, cuando aquello que le sigue no es una expresión lingüística, sino matemática, como una fórmula. En esos casos, vemos expresiones tales como

        Entonces

        [fórmula]

y sobreviene la pregunta: ¿cómo se escribe el entonces? ¿Lleva algún signo después? ¿Lleva coma o dos puntos?

¿Qué valor semántico tiene entonces?

Entonces es una palabra versátil. Según su posición en la oración puede tener dos funciones semánticas (y sintácticas en sus resultados) completamente distintas: adverbio o conector. Esta es la clave de la coma.

¿Cuándo es adverbio y cómo se escribe?

Los adverbios, por definición, son aquellas palabras “ad verbum”, junto al verbo. En tanto adverbio, indica una relación de temporalidad; es decir, señala cuándo se ha realizado la acción. Veamos un ejemplo:

        Entonces usábamos vestidos largos.

En estos dos casos, entonces nos dice cuándo está ocurriendo la acción del verbo. Lo comprendemos mejor si lo vemos en su contexto íntegro:

Las fiestas eran suntuosas, por aquel año de 1875. Entonces usábamos vestidos largos, guantes y abanicos.

Queda ahora claro el valor semántico de entonces: remite a una coordenada temporal. Podríamos reemplazarlo por en aquel entonces, en esa época, en aquellos años, en esos días… El reemplazo no necesariamente sería estilístico, sino una prueba de corrección: si puedo hacer la sustitución y la frase todavía tiene el mismo sentido que antes (o ligeramente similar), puedo afirmar que se trata del adverbio de tiempo.

¿Cuándo se convierte en conector?

El vocablo entonces abandona su identidad como adverbio cuando pasa a cumplir una función distinta en el discurso: conecta dos estados, dos relaciones, dos condiciones. Por ejemplo, pasa a indicar una relación de causalidad entre una condición y otra: “si la Tierra no está en el centro, entonces el Sol no gira alrededor de la Tierra”.

Tomemos el ejemplo usado para el adverbio, pongámosele la coma y veamos la diferencia:

Entonces, usábamos vestidos largos.

La sola presencia de la coma remite la imaginación a otra condición. El uso del vestido largo, en este caso, es la consecuencia de un evento previo, no de un tiempo previo. Veamos el nuevo contexto de esta ficción:

Las mujeres eran recelosas de los extraños. La represión sexual había producido un morbo incontenible por la expresión de la piel. Parecía necesario, a todas luces, ocultar el cuerpo. Entonces, usábamos vestidos largos a modo de coraza protectora contra las miradas lascivas.

La frase cambiaría de sentido si se reemplazara el entonces por en aquella época. Sin embargo, lo conserva si reemplazo la palabra por otras expresiones, como por lo tanto, en consecuencia…

Entonces… ¿dónde va la coma?

Cuando entonces tiene valor de conector y se escribe al inicio de la oración, siempre debe llevar coma. Volviendo al ejemplo en los textos de matemática, se escribiría así:

Entonces,

[fórmula]

Cuando forma parte de una construcción condicional, se respetará la sintaxis de estas expresiones. Por ejemplo,

Si vamos al cine, entonces no es necesario llevar la bolsa del supermercado.

En síntesis

Los editores saben que gran parte de su oficio consiste en unificar. Quienes carecen de entrenamiento en lingüística pueden llegar a pensar en la unificación como un asunto estrictamente formal: “siempre que aparezca tal palabra, se escribirá de tal manera”. Esto podrá ser cierto para aspectos ortotipográficos, más cercanos al mundo de lo gráfico que a lo semántico.

No obstante, en cuestiones de comas, el signo gráfico tiene una razón de ser más allá de la escritura de un grafo que, a muchos, les puede parecer estorbo: es una guía de sentido, es un indicador del significado, es un instrumento para clarificar la relación entre los elementos del discurso dentro de la unidad mínima de la oración.

Una coma no se pone o se quita por estrictos criterios de unificación per se. Es un problema de comunicación, no de estética visual o de unidad gráfica.

Lista de obras consultadas

Real Academia Española (2001). Diccionario de la lengua española (22.a ed.). Madrid: Autor, “Entonces”.

Real Academia Española (2005). Diccionario panhispánico de dudas. Madrid: Espasa-Calpe, “Coma”, §1.3.

Real Academia de la Lengua y Asociación de Academias Americanas (2010). Nueva gramática de la lengua española. Madrid: Espasa-Calpe, §17.9i, §30.12h, §30.13a.

Agradecimiento

Este artículo se originó en la inquietud y las conversaciones con Vanessa V.

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