domingo, 16 de mayo de 2010

El símbolo del escritor contemporáneo

Cada época tiene un símbolo cliché que representa al escritor según la herramienta que emplea: un cálamo, un stylo, una pluma, una máquina de escribir… ¿Cuál es “la pluma” del escritor de hoy?

La manzanita de Apple se filtra ya, discreta, en películas de cine cuyos personajes son escritores. Dos que recuerdo, sin mucho esfuerzo: Carrie, de Sex and the City (2008) y la escritora interpretada por Diane Keaton en Something’s Gotta Give (2003). El caso de Sex and the City es particularmente llamativo. En el sitio web de la película se puede visitar “la MacBook de Carrie”. Se crea la ilusión de entrar al escritorio de Carrie, chatear con sus amigas, ver sus notas y calendario…

Siempre que veo una marca reconocida en una película de Hollywood, no puedo evitar un pensamiento irónico: “¿cuánto pagó la compañía para estar ahí?”.

Sin embargo, incluso Hollywood tiene que ocultar sus huellas y hacer parecer la publicidad como la elección natural del personaje, a partir de los usos que ya la cultura ha ido imponiendo y de los estereotipos que la audiencia puede reconocer con facilidad. Y, en nuestros tiempos, la MacBook se ha ido convirtiendo en la elección natural de cualquier escritor.

Esto, lo aclaro, lo dice una escritora que no está recibiendo dinero alguno por promocionar la marca (¡qué desperdicio!), sino por el reconocimiento de que un escritor que se respete anda con una MacBook debajo del brazo.

¿Las razones? Una computadora portátil, sin importar la marca, es la mejor amiga de un escritor: hay una intimidad al escribir en un instrumento que se puede poner en el regazo, llevar a la mesa, situar en un café, o incluso usarla en el círculo de amigos con quienes hace uno su “taller literario”. Un cuaderno hace todo eso, es verdad, pero sin las ventajas de la era digital en cuanto a capacidad para corregir sin esfuerzo, regresar sobre lo escrito y buscar cualquier palabra clave en cualquier documento creado, sin importar la fecha o el lugar en donde haya sido colocado. Y la máquina de escribir… no solo es tan rígida como el cuaderno y mucho más pesada, además es ruidosa (aunque para quienes nos iniciamos escribiendo uno de esos símbolos de otra época, eso también tiene su mística).

¿Y una MacBook? Si solo dijera Scrivener, ya tendría razones suficientes para convencer a un escritor de usar Mac. Pero si este escritor es, además, investigador, editor, tiene un blog o es periodista, seguramente la Mac tendrá un conjunto de herramientas muy elegantes y eficientes: programas de gestión de bibliografías, artículos y citas, como Sente y Bookends; de organización de la información, como DevonThink; de toma de notas, creación de esquemas y fichas, organización del trabajo y muchas funciones adicionales, como el Circus Ponies Notebook; de creación de líneas de tiempo, como BeeDocs Timeline y Aeon Timeline (un programa todavía en versión beta pero diseñado para escritores); de construcción de genealogías, como el MacFamily Tree; de gestión de blogs y diarios, como MacJournal; de procesadores de texto especializados en escritura técnica, como Mellel; de gestión de la biblioteca, como Delicious Library y otras tantas alternativas gratuitas y de pago.

Y si solo mencionáramos los programas con la función de escritura en pantalla completa, una de las maravillas de la tecnología contemporánea, ya la lista es interesante de por sí. Además de WriteRoom, diseñado exclusivamente para cumplir esa función, tenemos Ulysses (el pionero) y Scrivener, Nisus Writer Pro (único procesador de textos con esa función personalizable), MacJournal y hasta el DevonThink.

Los editores y periodistas no necesitan que alguien los convenza para saber por qué necesitan una Mac: con una industria de la edición dominada por esta plataforma, y por programas como los paquetes de diseño de Adobe, la respuesta se hace evidente.

Así, no por su forma externa sino por la variedad de aplicaciones que hoy día existen para transformar una Mac en la caja de herramientas más completa que un escritor puede soñar, la MacBook es la nueva “pluma” del escritor.

¿Cuánto tiempo durará la computadora portátil como el símbolo del escritor? ¿Acaso los teléfonos sofisticados, el mismo iPhone o el iPad tienen potencial para reemplazarla o complementarla? Esas son preguntas abiertas en un mundo de cambio frenético. Por eso, si tiene curiosidad por ver la evolución de los símbolos del escritor, la próxima vez que vaya al cine, ponga atención y observe los detalles. Si el personaje es escritor, ¿qué usa para escribir?

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